Reapertura Ferrea Ya: RUTA DE LAS MENAS Y LOS CAMINOS DEL HIERRO

Reapertura Ferrea Ya

Reapertura de la Linea Ferrea Murcia-Granada. Toda la información de el ferrocarril del Almanzora. Reapertura ferrea Ya Guadix-Almendricos

lunes, enero 09, 2006

RUTA DE LAS MENAS Y LOS CAMINOS DEL HIERRO


En pleno ocaso de la minería del plomo, que dominó el panorama económico de la provincia de Almería a lo largo de todo el siglo XIX, un nuevo golpe de efecto consiguió mantener el espejismo de una prosperidad sin desarrollo. A partir de 1880 comenzaron a explotarse diversos criaderos de mineral de hierro en la mayor parte de nuestras sierras, con desigual fortuna a lo largo del siglo siguiente. El principal enclave, tanto por el volumen de su producción como por su continuidad en el tiempo, fue la umbría de la Sierra de los Filabres, y más concretamente la zona de Bacares-Serón. A diferencia de lo que ocurría con la explotación del plomo, el precio del mineral era sensiblemente más bajo, lo que obligaba a reducir drásticamente el coste del transporte para mantener una mínima rentabilidad. Es por ello que debieran acometerse en su momento una serie de instalaciones tales como tolvas, cables, ferrocarriles, cargaderos y embarcaderos, de una gran complejidad para la técnica de la época. Para comprobar in-situ el grado de conservación de los elementos que han sobrevivido al cese de la explotación (en la década de 1960), y al implacable paso del tiempo, se propone esta interesante ruta.

La nueva carretera que cruza los Filabres por Gérgal y Olula de Castro nos lleva de Almería a Serón en apenas una hora. Antes, nos topamos con el pueblo minero de Las Menas, que se encuentra en pleno proceso de rehabilitación por parte de la Junta de Andalucía, en un meritorio de ejemplo de preocupación de una Administración por preservar el Patrimonio, de la mejor forma posible, que no es otra que poniéndolo en valor. En esa línea, se encuentran en servicio un área de acampada, hotel-apartamento, restaurante y bungalows, como oferta turística de calidad en un entorno natural privilegiado, aprovechando las viejas edificaciones de un poblado que en su época de máximo esplendor llegó a albergar hasta 2.500 personas.
Afortunadamente, se ha sabido conjurar el riesgo de descontextualización, merced al monumento al minero, simbolizado por una vagoneta entrando en la boca de la emblemática Mina de la Concepción, y a la señalización de las principales dependencias del poblado mediante paneles explicativos. Por desgracia, rara vez la Administración hace una gracia completa. El enorme desembolso realizado en urbanización del entorno y rehabilitación de edificios no se ve acompañado de una mínima labor de seguimiento y mantenimiento, ya que la totalidad de los paneles informativos se encuentran en un estado lamentable, como consecuencia del desgaste producido por efecto de la exposición a la luz solar de las láminas empleadas.
El itinerario recomendable para hacerse una idea de la magnitud de las instalaciones es el que se inicia en la parte alta del poblado, tomando una pista de tierra a la izquierda de la carretera de acceso. Se trata de la primera parte de un recorrido más amplio, y perfectamente acotado, que en poco más de dos horas lleva, por entre pinares de repoblación y encinares autóctonos, hasta el Área Recreativa de La Rosariera, en las cercanías de la explotación minera "Gran Coloso". En primer lugar, aparece con el barrio de El Cortijillo, donde podemos observar los restos de la central eléctrica de la Sociedad del Chorro, que suministraba energía al poblado.
A continuación, dos grandes explanadas que fueron canteras de explotación a roza abierta, con varias bocas de minas en las que resulta muy peligroso adentrarse. Convertida la pista en sendero, bordeamos el Barranco Menas frente al poblado logrando una excelente perspectiva de conjunto. Si no queremos realizar la totalidad del itinerario lo aconsejable es descender la ladera del barranco (ojo a los resbalones) cuando nos encontremos en la vertical del puente metálico.
Una vez abajo nos detenemos en lo que fue la estación de carga del Cable Cabarga San Miguel, construido por una empresa filial de la holandesa W.H. Muller, que a través de 7 accidentados kilómetros unía las minas Menas, San Miguel y Dulce María con el cargadero de Los Canos, junto al Ferrocarril de Lorca a Baza y Águilas (la conocida línea del Almanzora). Del conjunto destaca la enorme tolva, justo al lado del puente

La estación de Serón conserva aún parte de la grandeza que albergó hasta el desmantelamiento del cable del Cortijuelo en 1953. Anteriormente había desaparecido el cable del Manzano, en pleno proceso de agonía de la minería del hierro. Sigue en pie, no obstante, la estructura de mampostería del impresionante cargadero, así como el cocherón de locomotoras, situado frente al edificio de viajeros, que exhibe el aire colonial y sencillo de todas las estaciones de la línea del Great Southern of Spain Railway (Ferrocarril de Lorca a Baza y Águilas). Ambos edificios se encuentran actualmente en rehabilitación. También tenemos la ocasión de descubrir, en un deprimente estado de abandono, una báscula de hierro forjado para el pesaje de vagones construida en 1889 por W & T Avery, de Birmingham, para el G.S.S.R.










El siguiente objetivo es el Cargadero de los Canos, donde hasta 1968 se embarcaba el mineral procedente del Cable de Cabarga San Miguel. Situado apenas a 3 kilómetros de la estación de Serón, comprobamos con estupor que resulta imposible conectar ambos enclaves por medio de su vía natural, la extinta línea Guadix-Almendricos, por cuanto las obras de "mejora" de la carretera del Almanzora han mutilado su trazado, hipotecando cualquier perspectiva de recuperación en forma de tren turístico o vía verde, en una nueva muestra de sensibilidad de las Administraciones hacia las expectativas de desarrollo sostenible. Como veremos más adelante, mientras un Ayuntamiento compra un tractor y un vagón de pasajeros para pequeños recorridos turísticos, otra Administración destroza la vía a muy pocos metros de allí. Todo un alarde de coherencia



El Cargadero en sí es una excelente muestra de funcionalidad, consistiendo en un gran depósito superior con capacidad para 40.000 toneladas, sobre el que vertía la estación terminal del cable. Por debajo del mismo, dos túneles paralelos permitían la descarga por gravedad sobre los vagones. Muy cerca, nos deleitamos también con el puente metálico que cruza sobre la Rambla del Higueral.

Para terminar el recorrido, es visita obligada la coqueta Estación de Tíjola, a unos 5 kilómetros de Los Canos. Como un espejismo en mitad de un desierto, el visitante no puede dar crédito a la visión de un tractor diesel de Renfe y un coche de viajeros de época en madera, de dos ejes, junto al andén principal. Como ya dijimos anteriormente, el Ayuntamiento de Tíjola pretende establecer un pequeño tren turístico que explote las enormes posibilidades de la comarca, habiendo realizado pruebas de circulación, aunque no se hayan concretado aún las expectativas.


Un estupendo ejemplo a imitar podría ser el tren turístico de Río Tinto (Huelva), perfecto complemento del Museo Minero que hace las delicias de sus numerosos visitantes.
Parece que, por desgracia, plantear algo similar en Almería supone moverse en el terreno de la ciencia–ficción.


FUENTE:
portalmeria.com/Informacion/indalo/ruta1.html