El toque del obispo de la línea Guadix-Almendricos

El toque del obispo 20 años después del cierre de la línea Guadix-Almendricos

Se acaban de cumplir veinte años del mayor cierre de líneas férreas en este país, al calor del fatídico acuerdo de Consejo de Ministros del 30 de septiembre de 1984, que liberaba a RENFE de mantener el servicio ferroviario en aquellas líneas que no superasen un determinado porcentaje de sus gastos.

Al amparo de este acuerdo, RENFE suspendía el tráfico de trenes en 914 kilómetros de vía en la Nochevieja del año 1984, mejor suerte corrieron otros 894 kilómetros, que al menos mantenían la vía abierta para el tráfico de mercancías.

Un primer estudio de la época, basado en datos de 1982, contemplaba la suspensión del servicio en 3.500 kilómetros de vías, pero afortunadamente para nuestra red ferroviaria, presiones locales consiguieron la revisión de estos proyectos, amortiguando por tanto, aquella sentencia de muerte para una importante parte de nuestra red ferroviaria.

Entre las líneas que no consiguieron salvarse de esta sentencia de muerte, se encontraban la de Guadix Almendricos en la Comunidades murciana y andaluza y la de Albatera Torrevieja en la vecina Comunidad Valenciana.

El cierre definitivo de la línea Guadix-Almendricos, supuso entre otras cuestiones, la perdida de la conexión de Murcia con Andalucía, en un momento en el que por otro lado, se proyectaban multitud de nuevos kilómetros de autovías. Una importante comarca, la de la cuenca del Almanzora, se quedaba sin conexión ferroviaria a pesar de su gran potencial económico derivado de la explotación de canteras de un mármol único en el mundo, dándose hoy en día la curiosa circunstancia de que se esté hablando de la necesidad de construir una nueva autovía, bajo de la denominación de Autovía del Mármol, que canalice la salida de mercancías generadas en la zona.

Resulta desolador contemplar el triste espectáculo de las infraestructuras de la antigua línea, estaciones puentes, etc., enfrentarse al más absoluto abandono, deteriorándose día a día, sin que nadie haga nada por su conservación. Pero el abandono ha llegado hasta el extremo de que incluso se han desmontado los raíles y traviesas, desdibujándose en ocasiones lo que fue el trazado de este camino de hierro e incluso tal vez en algunas zonas se haya llegado a invadir con construcciones la plataforma ocupada años atrás por aquellos míticos trenes que a través de un paisaje singular, nos introducían en tierras andaluzas. La existencia actual de esta línea, haría quizás innecesaria la proyectada Autovía del Mármol y seguramente el conjunto de los 914 kilómetros cerrados definitivamente y los 894 cerrados al tráfico de pasajeros, hubiesen podido contribuir a bajar las fatídicas cifras de muertos en nuestras carreteras de las últimas operaciones de tráfico.

La existencia actual de la línea Albatera-Torrevieja, en un momento de saturación turística de esta zona de la costa, supondría la posibilidad de enlace con el corredor mediterráneo y por tanto el acceso a la importante población de Torrevieja en un medio de transporte limpio, seguro y sostenible.

El acuerdo de Consejo de Ministros por el cual se cerraban 914 kilómetros de vías, garantizaba que se mantuviera la infraestructura, en previsión de su posible uso logístico y en previsión de la deseable reapertura en caso de que desapareciese la circunstancia de déficit económico que motivaron su cierre, de forma que nuevamente fuera posible reabrirlas. Pero lejos de ocurrir esto, las cosas evolucionaron a peor y en 1996, se sentenció definitivamente el futuro de estos tramos de vías a través de un nuevo acuerdo de Consejo de Ministros en el que se decidió que tras once años sin servicio y ante la ausencia de necesidades logísticas y las pocas perspectivas de rentabilidad futura, se autorizaba a RENFE al levantamiento de las vías y al inicio del trámite que le permitía disponer de los terrenos para otros fines. Victimas de este acuerdo, lo fueron entre otras las vías de Guadix-Almendricos y Albatera-Torrevieja, las cuales se encuentran en la actualidad totalmente desmanteladas, dificultando de este modo cualquier esperanza de reapertura de las mismas, ni siquiera con fines lúdicos, recreativos o turísticos.

Las necesidades actuales de transporte de mercancías, hacen que se esté planteando la posibilidad de crear ejes ferroviarios de mercancías, reclamados no solamente por las empresas propietarias de vagones de mercancías, sino también por la propia COE, que recientemente ha pedido la creación de un eje ferroviario de mercancías de Algeciras a Perpiñán. La saturación de camiones en nuestras autovías, los costes de los carburantes y por otro lado el coste de mantenimiento de vías mixtas, para pasajeros y mercancías, han llevado a que se estén planteando esos ejes ferroviarios para uso exclusivo de mercancías.

Uno de estos importantes proyectos, es el que bajo la denominación New Opera, en su eje Almería-Murcia-Valencia-Barcelona, propone la ejecución de una nueva vía exclusiva para mercancías, que utilizaría en su conexión con el eje Algeciras-Madrid, el trazado de la antigua vía Guadix-Almendricos.

Ante esta posibilidad, se hace necesario que por parte de la administración se adopten todas las medidas pertinentes para conseguir rescatar la autorización que permitía a RENFE disponer para otros usos los terrenos de la vía, lo que permitiría poder incluir el trazado Guadix Almendricos en este proyecto, con lo que se conseguiría la instalación de una nueva vía por el antiguo trazado, y con una deseada coordinación entre las Comunidades murciana y andaluza, se podría conseguir la puesta en marcha de proyectos conjuntos encaminados a una explotación mixta de la vía incorporando determinados servicios de pasajeros. Un ambicioso proyecto que no requiere de grandes inversiones, pero sí de unas grandes dosis de vocación de servicio público.

En uno de sus cuentos, el escritor Antonio Pereira narra la historia de un niño que viaja en tren con su padre y ya entrando en agujas al llegar a la estación de Astorga, el silbato de la máquina sonó con gravedad, casi solemne, un silbato largo y dos cortos. El niño preguntó admirado «y eso» y el padre le respondió, es «El toque de obispo», un toque de reverencia que hace sonar el maquinista cuando se acercan a una ciudad episcopal, de las que tienen obispo y no tienen gobernador civil, como Astorga, Colahorra, Guadix...

Por ello, si este proyecto llegase a cuajar, tal vez podamos volver a escuchar El toque de obispo, por los deleitosos y ubérrimos paisajes que discurren entre Almendricos y Guadix.

Juan Antonio Conesa es miembro de Ecologistas en Acción Murcia.

Miércoles, 11 de mayo de 2005
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